martes, 23 de febrero de 2010

Cementerio de Colosos

¿Puedes oler el eco húmedo de los caídos? El éxodo de ángeles ígneos. Siente la gloriosa música de los cielos, que caen rendidos frente a ti. Descubre la hora secreta en que la bóveda se enciende, el instante preciso en que el ave fénix inicia su vuelo. Míralo perderse en las nubes grises. Admira en esta noche la ascensión de las luces. Ríndete al despertar de los sentidos. Siente el latir de las hojas en la hierba. Los árboles tiemblan ante el mítico momento. Presencia el nacimiento y la muerte, separados por un instante de luz. Alumbrada por la hora del solsticio, solitaria ya, herrumbrosa, oyes las gotas caer. Es un amanecer etéreo y único. Te yergues, orgullosa ya, majestuosa pirámide, como queriendo besar la inmensidad. En la selva todo es quietud. Los animales callan para ver. Desde oriente, el mar, hasta ti es el camino. Presientes, otra vez, el despertar de tu dios.
Lucía.

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