miércoles, 13 de enero de 2010

En el centro de la mesa estaba sentada la niña con una medialuna en cada mano…

Una mamá salió de compras, y dejó a sus dos hijas en casa. Una de las nenas tenía ocho años y la otra cuatro. Tanto hurguetear, encontraron dos medialunas; la más grande se subió a la mesa y no quiso invitar a su hermana. Entonces, se las comió y, por mezquina, un dolor de panza le agarró.





Carlos Oviedo.

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