Caso ocurrido una noche de invierno en la zona céntrica de la gran ciudad.
Fuera de la Hospedería "El Desquiciado", cuatro hombre bebiendo alcohol en forma.
El humo de los cigarros casi confundían sus caras semi descubiertas por buzos con capuchas que hoy es común en la gente de mal vivir.
Entre las cosas que mil veces contaban para pasar su tiempo, discusiones de fútbol que nunca vieron y novias que jamás tuvieron, Pasan las horas del frío en la calle, que los transforma. Después de mucho rato uno se da cuenta que faltaba El Negro Sin Dedos. Se oía la taconeada de un policía llegando hacia ellos y pregunta quién conoce a ese vago que, más adelante, está bañado de sangre tirado en la vereda. "¡Yo!" Contestó El Mudo. "¿Y qué le pasó?" Preguntó el oficial. "Yo no he visto nada" dijo el ciego Altavista. "¿Y usted qué sabe?", le preguntó el oficial al Sordo Tapia. "Y... no sé, todos tomábamos leche para pasar el frío, dijo El Mudo charlatán. "¡Tendrán que acompañarme a la comisaría!", dijo el oficial, porque Sin Dedos está muerto y la falta de unas cajas denunció el kiosquero.
Antonio
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