viernes, 27 de mayo de 2011

Momentos

"¡Debo llegar a la despensa!" Es todo lo que sé porque tenía hambre y era la hora del almuerzo. Alguien me había prometido venir y traer algo de comer, pero no vino, se borró, tocó cambiar el menú y ni siquiera tuvo esa persona la delicadeza de decir "lo siento" o "lo lamento, no puedo almorzar con ustedes, no me esperen, otra vez será", nada absolutamente nada, pero así es la vida.
No se dio la oportunidad de compartir, de intercambiar, de vivir momentos diferentes a los que comúnmente vivimos, ¿será que a esa persona no le interesa? Nos quedamos con la duda, algún día lo sabremos. Como eso no se dio almorzamos y después salimos a caminar y a disfrutar de la naturaleza , ya que "en el medio de la nada había un caserío que no llegaba a ser aldea", pero en ese caserío uno podía tener sus momentos para leer, pensar, encontrarse con uno mismo y permitir que Dios entre en la vida de uno tratando de hacer un examen de conciencia y viendo por dónde vamos caminando en la vida. A veces necesitamos encontrarnos en lugares donde haya poca gente, donde estemos lejos de la ciudad y a su vez compartiendo con gente que no tiene nada materialmente pero mucho espiritualmente, hay mucha gente que piensa distinto a mí, que no comparte mis gustos, tengo un amigo al que le aburrían muchas cosas que a mí si me gustan como por ejemplo leer, escuchar música clásica, ir a conciertos y visitar museos, cosas que a mí si me gustan, diría que me apasionan, pero es una persona que tiene valores muy importantes para mí, gustos diferentes, pero compartimos ideales, sueños y esperanzas. Vemos la vida de manera diferente, pero perseguimos un mismo objetivo: salir adelante, encontrar nuestro camino, disfrutar de la vida.
Uno en esos momentos de soledad en medio de entornos diferentes a los que uno está acostumbrado, en ese pensar y reflexionar se permite soñar, yo sueño con conocer parte de las playas de Brasil, de disfrutar con las garotas y vivir una cultura diferente a la mía, tratando de rescatar aquellos elementos que me permitan un crecimiento mejor. Pero hay que volver a la realidad y seguir luchando por lo mismo, pero desde otro entorno diferente, desde el entorno del cada día con sus rutinas, con sus ventajas y desventajas, que lamentablemente por el momento son mejores las desventajas, pero no son barreras permanentes, son transitorias y hay que superarlas, hay que levantarse y volver a caminar  por esta vida que nos toca vivir, sin perder nunca los objetivos, al contrario, haciéndose fuerte en la lucha y crecer en la adversidad; teniendo esperanzas en un mañana mejor a pesar de que otros se obstinen en poner trabas, porque el lograr las cosas no depende de nadie más que de uno mismo, de su fortaleza y de su capacidad personal para vivir este regalo de Dios que es la vida.

Miguel Ángel.

1 comentario:

ALFREDO MORS dijo...

Excelente. Una profunda reflexión y muy elaborado relato. Felicitacioes.