lunes, 12 de abril de 2010
Viajes
El diarero de la esquina queda estupefacto leyendo la noticia: “Un hombre es abusado por una misteriosa mujer en China”. Él todas las mañanas lee “La mañana”. En Córdoba salen dos matutinos: “La voz del interior” y “La mañana”. Obdulio prefiere “La mañana”. ¿Por qué Obdulio prefiere “La mañana”?- es la pregunta del millón que todos los vecinos del barrio se hacen cada día. Es que Obdulio vive obsesionado por el tiempo, por los usos horarios y por la China. ¡Toda nota sobre China él la lee paulatinamente!
Obdulio viaja sin moverse de su casa. Viaja todos los días desde su casa, se imagina en un lugar mejor, en un país de ensueño. Y con “La mañana”, cada mañana, Obdulio viaja.
La última vez que viajó fue a Icho Cruz, acá nomás a treinta minutos del centro de Córdoba. Un vecino le dijo que en el restaurante
de Icho Cruz se comían las mejores lasañas caseras con salsa boloñesa. Se fue solo, sin Fatiga y sin su vieja. En realidad, casi se lleva a la madre y lo deja al Fatiga. La madre lo increpó por tanta crueldad y Obdulio cambió sobre la marcha:
Vieja, no hay problema… veni vos conmigo y lo dejamos al Fatiga en la casa de la tía Etelvina
-Ni se te ocurra desalmado, dejar a nuestro querido perro Fatiga con la bruja de mi hermana. Lo va a matar a besos. Sos un necio...
Pero vieja, el domingo es nuestro único día de familia. Ahí en esa foto estamos todos, en aquel domingo de ravioles y goles. El nono, la nona, los tíos, las tías, los sobrinos, las sobrinas. Desde el cuadro todos nos miran y los ravioles también. Vos vieja sabes que la pasta de la nona de cada domingo estaba sacramentada, vos bien sabes vieja.
La puerta de madera se cerró detrás de Obdulio. La vieja quedó del lado de adentro puteando, mitad a lo italiano, mitad en castellano. Fatiga lloraba como todos los basset nomdu de 15 años. Y Obdulio se fue silbando bajito… solo, contento, a tomar el directo hasta Icho Cruz,…mientras repasaba en su memoria, sobre la cantidad de notas de mujeres misteriosas que abusaban de los hombres en la China. Y se sonrió, feliz, cuando recordó que los Chinos inventaron el fideo.
El viaje de Víctor y Maximiliano
Yo y mi amigo Maximiliano viajamos a Egipto y allí conocimos los camellos y los encantadores de serpientes, personajes del lugar. Fue un viaje fuera de lo normal, en el cual nos divertimos mucho y conocimos muchas cosas: los desiertos árabes, las tiendas del lugar, donde se compra y se vende de todo, desde bajilla de barro hasta alfombras mágicas; los conflictos, las viviendas del lugar, los paisajes, las costumbres raras, las vestimentas, las calles angostas, en las que en un momento te perdes porque son un laberinto, la vida que llevan, las danzas que son bailes tradicionales de ellos. La cosa es que la pasamos de diez. Realizamos viajes en camellos y entre aventuras y recorridos fue una leyenda mágica, misteriosa y nueva para nosotros.
Chau, hasta pronto, Maxi y Víctor. Gracias.
Víctor Cornejo
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