lunes, 12 de abril de 2010

Nunca y Todo...

Nunca te rindas
Nunca te rindas ante toda adversidad. Nunca bajes los brazos por el motivo que te angustie.
No me rindo jamás, al contrario, voy a seguir adelante, luchando. Contando mis cosas puedo desahogarme un poquito. Quiero que me des otra oportunidad, vida mía. No me dejes solo. Yo estoy dispuesto a cambiar y a hacer las cosas bien.

Ricardo Fernández

Nunca bajes los brazos por el motivo que te angustie.

Nunca te dejes apabullar por cosas que no podes resolver, que están fuera de tu alcance, ni te conformes; sino lucha, por lo que quieres de corazón.
Nunca pienses que estás solo.
Nunca pienses que nadie te quiere.
Nunca pienses que sos un inútil, solo aprende a quererte a ti mismo.
No renuncies, ni claudiques a ser feliz.
No escuches, ni permitas que nada te perturbe.
Nunca permitas que la angustia y la ansiedad te nublen la razón.
Deja que hable tu corazón y así, dejarás de lado la palabra nunca.
Nunca vamos a aprender en estas cosas de la vida de que ella siempre nos convidala fantasía y el placer, pero es que somos sin saber, sólo una huella que camina con la soberbia siempre erguida mirando al otro con desdén.
Nunca vamos a aprender que en una fría madrugada alguna estrella desvelada está a punto de caer
sobre los ojos y la piel de aquella carne que no hablay sólo escupe las palabras hacia las risas del ayer.
Nunca vamos a aprender
que cada uno de nosotros
estamos llenos de los otros
y es un misterio el del porqué
nunca podremos conocer
nuestro fantástico tesoro
que está guardado aquí en el fondo
de algún rincón de nuestro ser.
Miguel Valle


Nunca debemos pensar que tenemos la razón en todo

Nunca más a estos gobernantes truchos, ambiciosos, corruptos, malvados, que nos están usando como si fuéramos unos corderitos, para su beneficio propio; sin pensar en el mal de los demás y en el perjuicio para los niños, la juventud y los ancianos, para la salud, la seguridad, la enseñanza y la alimentación. Estamos padeciendo muchas cosas por causa de ellos; mientras se enriquecen para su propio bolsillo y para su descendencia. Nunca más y tengo más que pensar.
Muchas gracias.
Víctor Cornejo

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