lunes, 24 de octubre de 2011



UNA VERDAD CONTADA







Nunca me gustó leer, escribir o ver el horror. Nunca me gustó ni me gustará narrarlo, porque prefiero soñar lo contrario. Prefiero leer, escribir y poner todos mis sentidos en lo hermoso y maravilloso, que no permita darle rienda suelta al horror, porque no me gusta el horror. Prefiero decirlo ahora y contarlo así: contar que la vida deja de ser un horror cuando vives el amor… ¡sí!, el verdadero amor. Y esto tan grande, tan infinito y tan poderoso acaba con el horror. No me gusta ni nunca me gustará. Estoy cansado de verlo y oírlo, estoy saturado de él y de sentir que corre por mi piel sin piedad cuando llega. Lo huelo y hasta lo toco. Y entristece profundamente mi alma cuando se ríe, cuando se burla de mi temor, de mi pánico, porque es lo que más le gusta al maldito horror: ahogar mi corazón y mis esperanzas. Y por eso no me gusta hablar de él, ni contar nada de lo que él hace; porque no merece siquiera mencionarlo ni imaginar que existe aunque es real. Es mi peor pesadilla y la sombra oscura que tapa el brillo de la alegría.
Hoy quiero contar que su poder está muriendo cada vez más cuando la fuerza del amor está llenando la vida de quienes vivimos el horror… y no es cuento ni una fábula, muchos menos un ensayo… ¡Que se yo! Tal vez sólo son palabras que corren en este papel, que salen de mi pluma; pero sé que es más que esto, porque salen de mi corazón dolido y abrumado por el horror que lo carcomía lentamente sin poder salir de ahí.
Hoy estoy feliz porque estoy aquí, porque escribo aquí, por mis amigos nuevos y la bella maestra que impulsan este maravilloso momento para escribir y no contar más del horror. Sólo para sentir que existe un mundo hermoso, lleno de colores, de esperanza y de alegría que sentimos y queremos vivir. Esto no es un cuento, es una verdad contada que queremos vivir tú, aquél, ella, nosotros, para encontrarle sentido verdadero a la vida… inexorablemente… hacia el infinito. ¡Gracias Dios por permitirme escribir esto y no darle más rienda suelta al horror; sino al amor!






Carlos Alberto Beltrán

2 comentarios:

Anónimo dijo...

..maravillosa prosa...

Anónimo dijo...

Hola.Después de tanto tiempo he vuelto a recodar aquellos momentos vividos en ese maravilloso Hogar del P.Alberto dónde tantas veces pasé. Saludos para todos. Gracias a Dios por conocerlos. Gracias profesora. Saludos y bendiciones. Abrazos. Carlos Alberto Beltran