EL PUÑAL
Como si esa mano, exprimiendo sangre de cuero, contra un cielo blanco, junto a la cara de un idiota que si fuera real; habiendo partido con zapatos que lastiman por la calle del pantano y errado el camino. Un día cálido que se arrastra a su elegido fin. La sangre, congelándose negra entre los dedos contentos.
Ernesto Díaz
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