lunes, 26 de septiembre de 2011

Casas



Paisaje

En un punto estratégicamente ubicado, de un indescriptible valle por su gran cantidad de hermosos colores, todo como si fueran estampados en un gran manto  verde, ya que éste era el color que predominaba, se encontraba enclavada una antigua casona, rústica, construida totalmente en piedra y madera.

Juan

Un sueño

Comienzo de primavera, alegría. Árboles, flores.Aves de distintos colores con su canto con mil tonos
le dan a esta casa sacada de cuento un poco también de poesía. Sus muros. Trabajos para la pintura de un pintor, en sus sueños de soledad y pinceles, buscando aquél paisaje que sólo él conocería. Ventanales y cortinas sobrias. Tejados descoloridos por los años. Patio tan grande y verdoso. En el medio una mesa, pocas sillas, libros y algunas revistas.
La música suave, el perfume arrastrado por la brisa de la brisa temprana. Un sueño: la casa mía.

Antonio


El Descanso

En mucho se asemeja en mi gusto. Tiene distancia mezclada entre naturaleza y materiales trabajados por el hombre, el que quiere vivir en el lugar, pero mezclado con comodidad. El alero que protege de la lluvia y el sol, mientras gozas de ese sillón que hace de tu descanso, multiplique la distancia y y no quisiera que nadie interrumpa el momento hasta no robarle todo lo que pueda. Luego, caminar para saber si existe o fue sólo un sueño lo que vieron mis ojos; también si accidentalmente te encuentras con alguien, poderlo contagiar de la inspiración causada, mezcla de paz y realismo.

Eduardo Pedernera.


Casa

Esta casa es de Horacio Quiroga, tiene muchas cosas; hay plantas y una mesada, con una mesita de madera. Allí vivía con su señora y después se separó.

Ernesto.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Cuentos que escribimos el 5 de septiembre



INSATISFACCIÓN




Es tan poco lo que puedo escribir
que no quiero luchar contra el tiempo
y no puedo obligarme a sentir
lo que muy dentro mío no siento.

Es tan poco lo que puedo decir
en un par de minutos soberbios
y no quiero tener que fingir
que no tengo un ataque de nervios.

Ya no quiero sentarme a mirar
como corre el cruel minutero,
sin dejarme siquiera pensar
que navego en un suave crucero.

Ya no puedo con miedo esperar
que el reloj me cierre el cuaderno,
porque es casi como naufragar
de a poquito en el mar del infierno.

Miguel Valle

A MI QUERIDA ESTELA




¡Qué solo estoy! Ya esos años noventa están muy lejos. Sólo los dulces recuerdos me mantienen de aquello que fue. Y le dimos un término muy infantil, ya que casi como un juego lo terminamos. Sólo sé que ya es tarde, que no tendría que haber lamentos; pero cómo no lamentar si aún te quiero. Cada paso, cada momento, lo recuerdo, como la noche del primer beso, la primera caricia, el primer te quiero.
Hoy, entre el temor de no volver a amar, siempre me consuelas tú. Tu imagen se vuelve un ángel de luz. Y esa lágrima que corre por mi rostro ya no es dolor, porque estás allí; porque sé que aún te amo, porque tus caricias las siento. Pienso que nunca te perdí, que sigues a mi lado. Como quisiera decirte todo esto, como quisiera vivir a tu lado, ¿cómo vivir sin tenerte?, ¿Cómo decirte te amo?, Estela.

Antonio Moreno

La capacidad de escuchar




Nada tan entrelazado como la diversidad de temas que se pueden llegar a captar en lugares donde suelen congregarse gente de distintos ámbitos, personas con vivencias inimaginables. Lástima que no logremos advertirlo, quizás por nuestro natural egoísmo o por centralizarnos en nuestras propias cosas y que pasemos por alto o cometamos el grave error de no utilizar el gran don del que todos estamos provistos, que es la atención: ¿O habremos perdido la capacidad de escuchar?


Juan (Pequeño)

PINTOR DE LA GENTE FELIZ




Lo veo como algo vivido en esas multitudes que contagian y te hacen sentir cómodo. ¿Será que siempre compartí con gente dispuesta a organizar eventos en lo cual la labor no me cansó?
Ver a la gente despreocuparse de sus problemas, gastando todas sus energías físicas para llenar su espíritu de cosas positivas.




Si hace frío o mucho calor no importa, sí, aprovechar las charlas de la gente que se cruza en eses reuniones. ¿Será que no puedo vivir sin comunicarme?

NO ESTOY SOLO


Yo estaba en una casa. Estaba muy asustado porque no conocía la casa y me fui al campo. Allá conocí a una chica que se llamaba Elisa y me quedé allí y no me fui nunca.


Ernesto Díaz

TEXTO LIBRE



EL PUÑAL




Como si esa mano, exprimiendo sangre de cuero, contra un cielo blanco, junto a la cara de un idiota que si fuera real; habiendo partido con zapatos que lastiman por la calle del pantano y errado el camino. Un día cálido que se arrastra a su elegido fin. La sangre, congelándose negra entre los dedos contentos.




Ernesto Díaz

viernes, 2 de septiembre de 2011

29 DE AGOSTO, Escribimos a partir de leer cuentos de ciencia ficción

TE ESPERAMOS LOS DÍAS LUNES DE 10 A 12 DE LA MAÑANA PARA COMPARTIR ENTRE MATE Y MATE, LECTURAS Y ESCRITOS TUYOS!


CITA CON LA MUERTE






A esa hora del día, tenía la cita con ella.
Me venía invitando a tomar una dulce merienda.
Yo excusaba el encuentro con tareas, deseos y proyectos;
yo abrazaba en el mundo los mejores sueños secretos.

Pero ella sabía que yo siempre vivía con miedo,
recorriendo caminos con los sordos, también con los ciegos.
Hacia donde llegaba, ella siempre mi nombre decía,
yo cerraba mis ojos y abría mis viejas heridas.

Pero fue ese día, en que ella con su largo vestido,
se sentó a mi mesa, parecíamos grandes amigos.
Me miró a los ojos y me dijo: - “Estoy algo apurada”
Yo le dije: - “Perdona, necesito hacer una llamada”.

Y besé la pequeña botella, la que ella puso en mis manos,
y bebí de la sangre caliente, sin mirar al pesado pasado,
y me puse de pié, sin saber, que mi luz ya se había apagado.
Y al querer dar un paso entendí que ya todo se había acabado.




Miguel Valle

Tierra: planeta enfermo





¡Qué lindo seria mi mundo sin máquinas mortales, sin dineros que nos marquen distintos recursos y todos hablando un mismo idioma! Que los niños tengan las mismas oportunidades, sin discriminación de piel, sin ricos, sin pobres, sin hambre, sin enfermos por la falta de medicinas, sin objetivos, por falta de políticos que sólo esgrimen guerra. Esos que le ponen números a su mundo, dividiendo la riqueza divina que es nuestra tierra. Aquellos que con un misil piensan en liderazgo, poder y humillan a los pobres, roban sus leyendas, sus costumbres.
La avaricia los hace ciegos y van en conquista de otro planeta. Lo que los hace aún más ciegos, si todavía no conocen éste, nuestro planeta. Mientras no quieran ver las enfermedades, el hambre y gasten sólo en guerra, no podremos ver qué linda es nuestra tierra.
Antonio Moreno





REINA NEGRA



Llegó a esta casa y la vi:
una perla, un terciopelo,
que al mirarlo reflejaba
en mis ojos colores increíbles.
Racimos de uvas negras,
en su anochecido cabello,
jugando en sus hombros.
Sus ojos, café intenso.
Sus labios, brasa encendida,
como un clavel rojo; mordía.
Eran sus senos
dos manzanas deliciosas,
que de su cuerpo salían.
Frutos únicos de ese árbol
perfecto, que yo veía.
Sus piernas dos cascadas,
en que hundiría mis manos,
por frescas y cristalinas.
Sin saber siquiera su nombre,
¡Yo, la sentía mía!
Perturbadora de mis sueños,
canto de ave desconocida,
si un día cuento mis sueños
a una persona desconocida,
le diré que conocí una reina,
escapada de una jungla:
Reina negra,
perla desconocida.
Antonio Moreno


Setiembre de 2175





Todo cambió. Ya no existen tiendas, sólo campos nudistas. Las parejas no son como Dios lo quiso. Se aman a su manera: mujeres con mujeres, hombres con hombres e hijos por encargo. Hacen el amor por celular y en nueve meses pasan a buscarlo. Se acabó el asado dominguero: tírate un par de latas al microondas y prepara los cubiertos descartables que el lavavajillas destruye tus manos.
Lunes en el colegio. La señorita pregunta a la niña: ¿Cómo se llama tu mamá? Mi mamá José. ¿Y tu papá? Adriana. ¿Tu hermano mayor tiene familia? Sí, se llama Tito. Y todos vivimos en familia.
Antonio Moreno


AÑO 22OO




Yo llevé a la nena al médico para que la vea por una quemadura en los pies, pero no la vio porque estaba ocupado. Y la llevé a una asistencia y ahí me la curaron.
Un mes estuvo en curación y después la traje a la casa. Se curó de todas las quemaduras.




Ernesto Díaz