miércoles, 16 de marzo de 2011

Cartas de Kafka

En base a una serie de cartas enviadas por Kafka a su padre y a sus novias Milena y Felice, respondimos las mismas, o bien, reescribimos otras a los mismos destinatarios.





Padre querido
Te recuerdo como un padre que pasó y se fue como el viento, como una tormenta pasajera, pero a la vez con mucho amor. Padre querido y herido y herido en sentimiento propio hacia ti. Te amo, te quiero y te extraño mucho más allá de lo nuestro.
Padre: lamento no haberte conocido más profundamente por cosas de la vida y el destino ya fue, yo era muy joven cuando vos te fuiste de mi lado.
Por cosas del cáncer maldito y cruel que nos separó.
                                                                                Víctor
Perdón por los errores cometidos.
Hasta pronto.
Carta a mi padre

Querido hijo:

Lamento profundamente que te sientas, o por lo menos consideres, que soy el causante de tus limitaciones expresivas.
Comprendo y respeto tu temperamento de caracol. Pero quiero que comprendas tú también que yo sólo quería forzar tu carácter para que puedas romper tu caparazón intelectual y he fracasado.
La verdad no sé porque has dividido al mundo, pues, al igual que la vida, el mundo es uno solo y es un lugar terrible en donde tenemos que jugar a ser felices, así que no me culpes a mí, si no aprendiste a jugar el juego.
Yo sujeté tus primeros pasos vacilantes para que no perdieras el equilibrio, pero el resto del camino lo debes recorrer sólo con tu fuerza interior, y eso es lo que te niegas a mostrar.
No me pidas que cambie, yo ya soy un árbol viejo, y tampoco te pido que cambies tú, sólo te pido que hasta el último momento nunca dejes de jugar a este juego llamado vida.

                                                            Rober Kafka (Miguel Valle)

Mi querida Milena: Te extraño mucho porque estaba tan solo y me alejaste, lo hiciste porque te extrañé, y ahora lena, pronto no quiero dejarte sola me siento feliz sin dolores.

E.D

Sólo veo que ese amor, sólo de vista, son los fantasmas
creados por una comunicación
por la falta de un interés que sólo
besa la literatura. Obsesión.

Franz Kafka.
                    

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