Hace justamente un año
en esa tarde sombría
una llamada maldita
detiene toda mi vida.
Cada lágrima derramada.
cada historia conquistada
cada lugar que miraba,
cada sonrisa lograda,
se fundieron esa tarde
entre sorpresa y horror.
Mas aún vivo aquí estoy.
con mas proyectos que nunca
y con eso te digo adiós
y respondo la pregunta.
Carlos Romero
martes, 29 de noviembre de 2011
Poema 14
Utopía sutil
Vestida de juegos, de flor y de agua
De luz, de fragancia
Y a nada te pareces desde que él te ama
Tendida entre guirnaldas
Escribiste su nombre
Y a nada te pareces
En el silencio tuyo
Los pájaros y el viento
Fuerza del hombre
La tempestad agitaba
Y las alas al viento
Cual cáscara de nuez
En los mares del cielo
Estás aquí y te quedas
Junto a su trébol como mansedumbre
Te pareces al sueño
Sola y salvaje
Te pareces al amor y la melancolía
Carlos Romero
Vestida de juegos, de flor y de agua
De luz, de fragancia
Y a nada te pareces desde que él te ama
Tendida entre guirnaldas
Escribiste su nombre
Y a nada te pareces
En el silencio tuyo
Los pájaros y el viento
Fuerza del hombre
La tempestad agitaba
Y las alas al viento
Cual cáscara de nuez
En los mares del cielo
Estás aquí y te quedas
Junto a su trébol como mansedumbre
Te pareces al sueño
Sola y salvaje
Te pareces al amor y la melancolía
Carlos Romero
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Mi barrio
Para mi abuela Estela y su hijo Black
En mi barrio hay un auto destartalado donde viven dos gatos. A veces me gustaría ser como los gatos y andar por las cornisas, arañando el cielo sobre los tejados.
En la esquina de mi casa hay una verdulera amable que siempre dice mi nombre cuando me ve doblar la cuadra. Adoro ver el color de las naranjas o las mandarinas en otoño y a veces dejo mi huella posada sobre una de ellas (sin que esta señora lo sepa).
De noche, me tiritan los huesos del dolor y mi mamá me prepara leche tibia antes de dormir. De día, salgo a pasear por las calles, miro la gente pasar. Soy muy sociable con todos, pero odio ver a los extraños.
En la plaza, me gusta sentarme sobre el pasto mojado del rocío de la mañana y observo llegar los chicos a la escuela.
Para ser un anciano, aún puedo hacer muchas cosas, como asustar a los niños que intentan jugar a la pelota en mi cuadra.
Todavía conservo mi figura y el prestigio de mi estirpe que, aún callado, inspira respeto sobre los demás.
Sobre la calle Puerto de Palos, vive un delincuente, yo lo he descubierto en una de mis caminatas nocturnas. Tiene amores con la vieja siniestra de la Paysandú.
Ahora estoy solo en casa y percibo la llegada de este hombre. Sé que es él y que quiere hacerme algún daño, tengo el instinto de ello.
Sigilosamente me oculto entro al cuarto de mamá y, con cautela, oigo cómo desordena y acarrea cosas valiosas que pretende llevarse. Me duelen los huesos y tengo varias muelas careadas, pero aún escucho muy bien.
Él hombre entra a la habitación y me descubre debajo de la cama, nos miramos fijamente. A mí se me eriza todo el cuerpo. Él hombre pretende ignorarme, descree de mi capacidad para interferir en su macabro plan.
Entonces, con todas las fuerzas de mi ya añoso corazón me abalanzo sobre él y clavo mi mandíbula sobre su pierna. En eso llega mamá y corre asustada por los gritos del delincuente que escapa por la puerta entreabierta acarreando una pierna ensangrentada.
En mi barrio hay muchos tránsfugas, pero un viejo setter irlandés como yo, todavía conserva sus artimañas.
Mariana Valle
Roberto Arlt
Roberto Arlt: escritor argentino, trabajó en el diario El Mundo. Su columna principal eran las Aguafuertes Porteñas, también escribió El Juguete Rabioso, Los siete locos, Los lanzallamas y algo de teatro.
Fue un producto de los años 30 (la Década Infame), tal vez por eso sus personajes muestran las desesperanzas y desesperaciones.
Él muestra, como pocos, las partes oscuras de la sociedad y retrata un momento atravesado por profundas desigualdades sociales donde además muestra la hipocresía de alguna gente.
Cuando falleció, estaba aislado de todos los estamentos literarios y políticos en general.
En Los siete locos y Los lanzallamas se advierte una desripción anticipada de la militancia de los 60. Una mezcla de audacia, imaginación y sinceridad done también presenta la adversidad social en algunos personajes. Recuerdo una parte (creo que de Los lanzallamas) cuando alguien compara al "líder" del grupo con Lenin y el personaje responde "pero Lenin sabía a dónde iba..."
Erdosain es el personaje principal de Los siete locos-Los lanzallamas y la desesperación lo "delira" . Arma una organización para llevar a cabo la revolución social. Acude, en ese sentido, a un variopinto de personajes. Éstos, con sus proyectos "económicos" serán artífices de la logística necesaria para llevar a cabo dicha "Revolución", que finalmente no se concretará.
Alejandro Barios.
Personaje
Muchas sombras oscurecen al personaje, tal vez porque su luz brilla tan fuerte, o quizás porque lo ahogan sus penas. Creer que no era suficiente lo que vivía y necesitaba saber más para sentir más fue incrementando su ansiedad... Pocas veces se derrota la angustia existencial, pero la resiliencia hace que las sombras dejen pasar la luz.
Mi personaje trasciende de sí mismo hacia otro diferente... o, por lo menos, así lo entiendo y trato de persuadirlo de que no cese en su agonía porque la vida es hermosa y cambiante cada día.
No puede aniquilarte su dolor, ni mucho menos su temor: debe sentir, debe gritar, debe saltar, debe... debe vivir al máximo de sus sentidos, en plenitud.
Y sé que conoce la bondad y la sinceridad, pero no sabe que están grandemente inmersas en la profundidad de su corazón, de su alma, de su ser. Sólo tiene que dejar que salga, quitar las sombras y ¡ser feliz!
Carlos Dcberio
Sincera autobiografía de un seductor
Soy un mentiroso. Trato de engañar todo el tiempo. Sé cómo hacerlo. Empatizo muy bien con las personas y sé muy bien qué decir para agradar o para brindar una imagen deseada. Por ejemplo, si alguien cita una frase, yo probablemente sepa quién la dijo y dé una imagen culta.
Tengo vastos conocimientos de las personas y de la cultura general y lo uso para engañar.
Suelo mostrar interés en conversaciones que no me interesan en lo más mínimo para dejar la sensación de que la charla es interesante. Sobre todo, esto lo hago con las mujeres. Soy, lo que se llama, un "seductor empedernido".
Sé todo lo que hay que decirle a las mujeres para conquistarlas: Todo. Las estudio y recuerdo las cosas que le gustan, le pregunto sobre alguna trivialidad que charlamos ayer y ella se sorprende de que yo recuerde... Y así y todo, no suelo acostarme con todas, a veces sólo deduzco por deporte o vicio. Porque, en realidad, siento que es mi afición.
No dije mi nombre ni mi edad ni que tengo una hija. Pero eso no importa, en una autobiografía uno escribe lo que cree que es más trascendente y que da una idea de la vida de uno.
En mi autobiografía, yo soy el protagonista, para qué voy a perder tiempo en detalles. Tengo dos manos, dos ojos, etc...
Así que como es mi autobiografía sigo diciendo que me gusta la música, la noche, las mujeres...
Martín
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