lunes, 29 de agosto de 2011

DE DICHOS Y DIRETES



Y LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON




Transcurre un día más en el hogar, con gente que tiene sueños y esperanzas. En el aire se siente la ilusión de que el tiempo de estar sea un lapso muy pequeño.
Todos sueñan un futuro mejor, sin perder la esperanza. Después de todo, sueños son y es lo último que se pierde.




Miguel A Kostecki




ENTRAR CON EL PIÉ DERECHO




Cuando se emprende un negocio, o se inicia cualquier tipo de emprendimiento o empresa, se suele utilizar a modo de buen presagio la frase “Entrar con el pié derecho”. Supongo que pié derecho se refiere a ir derecho o directo al éxito con dicho emprendimiento y no con el fin de despreciar o adjudicarle fama poco favorable al pobre pie izquierdo. Y aún menos pensar en algún tipo de inclinación política, ya que estamos en época de elecciones.
Espero haber interpretado medianamente bien dicho dicho y no me mandes como dice el otro dicho: “Zapatero: a tus zapatos”. Y si he errado el concepto espero me corrijas, ya que “No hay mal que dure cien años”.




Juan Medina




EL GATO ENCERRADO




- Aquí hay gato encerrado Joaquín.
- Es cierto, Estela. Es Filipo, que quedó encerrado en el cuarto de tío Andrés. Se fue de pesca con unos amigos y no volverá hasta pasado mañana.
- ¡Ay, ¡pobrecito! ¿Y el gato quedará encerrado hasta entonces?
- Sí, Estela, pero no te preocupes. Tío Andrés es tan poco interesado en el orden y la higiene que Filipo seguro encontrará alguna vieja porción de pizza debajo de la cama y latas de cerveza.
- No sé, Joaquín, no sé qué pensar. En mi casa amamos a los animales y pensamos que la libertad es tan importante para ellos como para nosotros. Mi abuela Isidora tiene un loro que participa con su opinión de todos los vaivenes de la política y la farándula.
- Bueno Estela, ya no te angusties. Mira: en la heladera hay un poco de salame y queso. Le podemos alcanzar a Filipo unas fetas por debajo de la puerta.
- Pero Joaquín, no se trata sólo de la comida. A los gatos les gusta caminar por las cornisas, salir al jardín, cazar grillos y refregarse en las piernas de las personas.
- La verdad Estela, no sé qué clases de gatos hayas conocido tú; pero Filipo ni sube por las cornisas, ni caza grillos. Lo único que sabe hacer es enroscarse arriba del televisor. Mi papá ya se cansó de correrlo de ahí y dijo que en cualquier momento compra una pantalla plana. Pero bueno, ¡ya basta de hablar del gato!, se supone que tenemos que hacer la tarea de Lengua.
- Sí Joaquín, es cierto; pero con los maullidos del gato dudo mucho que podamos concentrarnos. Sólo escúchalo, si hasta parece que sufre claustrofobia.
- Ya no exageres, Estela. Filipo maúlla así porque está escuchando tu voz y siempre que hay visitas él quiere ser el centro de atención. La última vez le rompió las pantimedias a una de las dos novias de tío Andrés.
- Mira Joaquín: o liberas al gatito o no haré ninguna tarea contigo. He dicho.
- Estela: por más que quiera, no puedo hacerlo. Tío Andrés se lleva siempre la llave de su habitación, porque no quiere que nadie ordene sus cosas, porque según él se las desordenan y luego arma gran escándalo ya que no encuentra su máquina de afeitar.
- ¿Sabes qué, Joaquín?: mejor me voy. Creo que eres un monstruo. ¡Adiós!
- Pero… pero… ¡Estela! ¡Rayos! ¿Quién las entiende? Tanto escándalo por un gato encerrado.




Miguel Valle.

LAS MENTIRAS TIENEN PATAS CORTAS

Mi mamá me decía que no mintiera nunca. Un día yo le dije que iba al colegio y no fui. Pero la maestra fue a mi casa a acusarle a mi mamá que no iba a la escuela. Y entonces, mi mamá me puso en penitencia y me dio una tremenda paliza. Desde entonces, nunca más le mentí.

Ernesto Días


SIN VIDA

¡Qué fácil creer vivir la vida cuando todo se evita
y le damos vuelta el cuerpo a todo aquello que nos responsabiliza!
Buscamos en lo de los demás, lo que nunca damos,
saqueamos aquello que nunca trabajamos,
vemos solo la película en el que otro ha trabajado,
comemos el pan que nunca amasamos,
usamos la ropa que no es de trabajo,
escuchamos música, sin nada importarnos,
comemos siempre el mejor pescado,
bailamos, reímos,
en la mansión, que es el sueño de los pobres de dinero y alma,
que sólo caminan en busca de un encuentro
que tirado en la calle dejó alguien que le sobra.
Y así también vivimos, una manera fácil:
criticando gobiernos, ricos, poderosos;
pero ciegos, no videntes a las cosas que no queremos ver.
Y queremos una balanza propia para nuestros pesares.

Antonio Moreno.

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