martes, 12 de abril de 2011

VIAJAR POR EL SUR





Hace tiempo, cuando las circunstancias y la realidad eran diferentes, buscaba viajar y conocer todo lo que estuviera a mi alcance. En uno de esos momentos, hice un viaje muy especial, recorriendo el sur de Chile y de este hermoso país, que es la Argentina.
En una ciudad llamada Punto Arenas del Sur de Chile tomé un crucero llamado “Terra Australis” que recorría los glaciares y otros lugares del sur hasta llegar a Ushuaia en la Argentina.
Este recorrido consistía en una semana disfrutando de paisajes únicos y de vivencias que quedaban grabadas en lo más profundo del corazón. Estaba en un barco, con unos cien camarones, un hermoso comedor y un salón que se utilizaba para charlas, encuentros, entretenimientos, etc. No era un gran barco pero tenía lo necesario para sentirse cómodo. No era para diversión, sino para el placer de los sentidos, para disfrutar de la naturaleza y de todo lo hermoso que nos ofrece el sur.
Las comidas eran un placer porque uno degustaba las riquezas naturales de la región como son el exquisito codero patagónico o la suave centolla con sus sabores autóctonos.
¡Descender del barco en los glaciares o ventisqueros, como los llaman los chilenos, palpar el hielo, gozar de su color azul y ver cómo se va resquebrajando, oír el crujir de hielo al desprenderse y tomar un whisky con ese hielo!
Levantarse a las seis de la mañana disfrutando de la experiencia única de estar anclado en el medio del agua, escuchando las cuatro estaciones de Vivaldi, con hielo alrededor del barco, pequeños y grandes bloques de hielo, blancos, hermosos y silenciosos; percibiendo el olor a un exquisito café para el desayuno y teniendo la sensación única de vivir en un paraíso.
Cada experiencia en ese crucero es una constante alimentación a todos los sentidos. La vida es una sola: hay que vivirla, disfrutarla y tratar de hacer de ella lo mejor del mundo. Dios nos ha regalado a cada uno la posibilidad de vivir esta vida con sus limitaciones, pero con infinitas posibilidades de crecer de acuerdo a nuestra voluntad y decisión. La vida es hermosa, corta, profunda, divertida y sufrida. A veces, no la entendemos, no la comprendemos, a veces, nos supera.
Viajar es una manera de crecer en la vida, de conocer, de compartir, de disfrutar, de emocionarse, en definitiva, una manera de amar y vivir.





Miguel Ángel

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