sábado, 16 de abril de 2011

Escritor tucumano Alfredo Mors


PEDIDO

Hoy pediste que no escribiera
en versos de triste desdicha,
y que fuera sólo de dicha
la prosa que te describiera.

Hoy pediste al verso que cante
con suave cadencia melodiosa,
y cual si fuera perfume de rosa
arome hasta el aire distante.

Hoy pediste a la suave brisa
que mueva delicada la pluma,
así disipe pronto la bruma
de una existencia con prisa.

Hoy pediste que sólo alegría
inspirara la letra que te nombra,
quitando al fin toda sombra
para volar en alas de armonía.

BREVEDAD DE TIEMPO

Espérame, que mi tiempo es breve,
pasó el instante de aquella premura,
pasó el momento en que la locura,
sumergió en la noche la prisa que mueve.
Espérame, que mi tiempo es breve,
no guardes aquellos espantos
que provocaron tantos llantos,
deja a la brisa que al fin los lleve.
Espérame, que mi tiempo es breve,
no desesperes, capullo de flor nueva,
confía en la aurora que renueva,
retiene mi vida que hoy se atreve.


EL PARQUE

Soledad de banco en el parque
maderos que el tiempo desluce,
ya no lo cobija a su sombra la acacia
a cuya penumbra jugaba el amor.
Sólo hojas de otoño cubren su asiento,
hojas a sus pies, hojas que lleva el viento.
La brisa ya no trae el aroma
de glicinas coronando una pérgola,
ni los canteros lucen su amapolas
ni los senderos sus naranjas de tejuelas.
¿Dónde quedó aquel tiempo de primavera?
¿Dónde sus colores, arreboles y soles?

EL PORTÓN
El portón estaba allí
fijando límite a la salida
querida, añorada, pero así
y por lo mismo, tan temida.
Portón adentro, la norma
el límite, la rutina,
aquello que cuida y confina
y parece a muchos conforma.
La vereda era un desafío
la calle, utopía y osadía
y yo que no comprendía
que era producto del desvarío.
Nadie custodiaba el portón
más no lo veía, ni lo entendía:
era yo mismo quien retenía
el duro cerrojo a la ilusión.

SI LA LUNA…

Si la luna fuera un papel
suspendido en el firmamento,
no sería tan vano el intento
de escribir te amo, en él.

Si la luna filtrara un rayo
de su luz en tu ventana,
que te vieras tan lozana
como flores de tu mayo.

Si la luna acompañara
con guiño cómplice un sueño,
de ser quizás como dueño
de tu secreta recámara.

Si la luna así fuera:
confidente de anhelos,
sólo serían mis desvelos
sueños de primavera.



















1 comentario:

ALFREDO MORS dijo...

Gracias Eugenia por publicar estos poemas míos y más porque ya me identifican como "Escritor Tucumano". Esta tierra me ha recibido con gestos de muchísima generosidad, tanto por parte de mi hermano y su familia, como de mucha gente que voy conociendo. Agradezco siempre a Ustedes, las Profes del taller todo lo recibido. Muchas Felicidades.