Caminaba, era tarde en la noche
y caminaba,
ruidos a mi alrededor
me acompañaban,
todo era oscuro
ni una lámpara,
sólo la luz
de los ojos de un gato
en una tapia.
Pisaba hojas secas que con dolor,
se quejaban all pisarlas.
Caminaba,
no conocía el camino,
pero mis pies
me llevaban.
Nunca llegaba:
cada vez más largo,
el camino y cantaba.
Sólo mi mente podía oir
mis palabras,
pero cantaba.
Un frío corrió en mi cuerpo
cunado escuché mi nombre
que de un árbol bajaba.
Y le pregunté "¿quién eres?",
pero no me contestaba.
Luego voló un papel que decía.
Mi nombre está en tu alma,
abre tu corazón y lo sabrás mañana.
Antonio Moreno
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario