Centinela de los cielos
Cuando tus ojos se clavan en los míos me siento desnudo, invadido en mi mundo, porque me miras más allá de tus ojos. Estás contemplando el corazón, mi alma, esta alma destinada a no ganar batallas contra este amor que siento por vos, visceral, profundo. A veces creo que el cielo se volcó en el abismo de tus ojos, de veras te lo digo. Ojos inquisitivos, transparentes, sin nada que ocultar, sin nada que pedir. En esos lejanos cielos tuyos cruza la sombra de la desconfianza, la duda enemiga. Te cuesta entregarte toda, te atormenta la idea de que yo, explorador de mil mundos te lastime, tome todo de vos y te deje vacía como lo estuvo la tierra al principio. ¿Cómo hacerte entender que no seré tu Judas? ¿Cómo convencer al guardián de tu lógica? ¿Cómo sobornar al verdugo de tus miedos? ¿Cómo ayudarte, aliarme en tu lucha si soy la causa de ella? Tus besos, tu amor es un mapa de fronteras y límites y desde allí me observas, vigilas lo que hago, mi centinela de los dos cielos, omnisciente en mis pensamientos, que son sólo para tus cielos, profundos, azules, a veces tormentosos pero como todo cielo siempre, eternamente limpio.
Fernando Barreto, 20 de mayo de 2010
Cuando tus ojos se clavan en los míos me siento desnudo, invadido en mi mundo, porque me miras más allá de tus ojos. Estás contemplando el corazón, mi alma, esta alma destinada a no ganar batallas contra este amor que siento por vos, visceral, profundo. A veces creo que el cielo se volcó en el abismo de tus ojos, de veras te lo digo. Ojos inquisitivos, transparentes, sin nada que ocultar, sin nada que pedir. En esos lejanos cielos tuyos cruza la sombra de la desconfianza, la duda enemiga. Te cuesta entregarte toda, te atormenta la idea de que yo, explorador de mil mundos te lastime, tome todo de vos y te deje vacía como lo estuvo la tierra al principio. ¿Cómo hacerte entender que no seré tu Judas? ¿Cómo convencer al guardián de tu lógica? ¿Cómo sobornar al verdugo de tus miedos? ¿Cómo ayudarte, aliarme en tu lucha si soy la causa de ella? Tus besos, tu amor es un mapa de fronteras y límites y desde allí me observas, vigilas lo que hago, mi centinela de los dos cielos, omnisciente en mis pensamientos, que son sólo para tus cielos, profundos, azules, a veces tormentosos pero como todo cielo siempre, eternamente limpio.
Fernando Barreto, 20 de mayo de 2010