lunes, 7 de junio de 2010

POESÍA Centinela de los cielos

Centinela de los cielos
Cuando tus ojos se clavan en los míos me siento desnudo, invadido en mi mundo, porque me miras más allá de tus ojos. Estás contemplando el corazón, mi alma, esta alma destinada a no ganar batallas contra este amor que siento por vos, visceral, profundo. A veces creo que el cielo se volcó en el abismo de tus ojos, de veras te lo digo. Ojos inquisitivos, transparentes, sin nada que ocultar, sin nada que pedir. En esos lejanos cielos tuyos cruza la sombra de la desconfianza, la duda enemiga. Te cuesta entregarte toda, te atormenta la idea de que yo, explorador de mil mundos te lastime, tome todo de vos y te deje vacía como lo estuvo la tierra al principio. ¿Cómo hacerte entender que no seré tu Judas? ¿Cómo convencer al guardián de tu lógica? ¿Cómo sobornar al verdugo de tus miedos? ¿Cómo ayudarte, aliarme en tu lucha si soy la causa de ella? Tus besos, tu amor es un mapa de fronteras y límites y desde allí me observas, vigilas lo que hago, mi centinela de los dos cielos, omnisciente en mis pensamientos, que son sólo para tus cielos, profundos, azules, a veces tormentosos pero como todo cielo siempre, eternamente limpio.
Fernando Barreto, 20 de mayo de 2010

27 de mayo de 2010/ Escribimos a partir de Historietas de Inodoro Pereyra continuando la historia representada en cada viñeta (Laura)

Inocentes
Esta historia, llamémosla sátira porque entra la inocencia y el diablo. ¿Qué significa la inocencia? Es creer en todo.
En este caso Inodoro Pereyra no está viendo la obra, sino que la está viviendo. Y es por eso que se produce algo cómico. A la vez, Mendieta no se queda atrás y así es como se produce un argumento genial, más en el momento en que aparece en escena el diablo. ¡¡Oh!! También él mismo tiene que ser un poco comprensivo ante la inocencia de estos dos personajes.
Nota: el que subscribe enfoca este tema de la manera que le parece correcta, pero al no saber nada de literatura hace lo humanamente posible para incorporarse a la misma.
Osvaldo Salemme – Libi- , 27 de mayo de 2010

Manduca
Manduca se enojó con Inodoro porque lo molesta mucho y entonces se fue con sus amigo y después se arrepintió y volvió con su amigo Manduca y lo buscó
Ernesto Díaz, 27 de mayo de 2010

Historias de gauchos
Iba caminando Inodoro Pereyra y su perro Mendieta por un camino allá en Las Pampas y de repente, se ve una polvareda.
- ¡Epa! Se nos viene el zonda, Mendieta.
- A mi me parece que quienes vienen son los indios en malón.
- Qué pucha con la chusma, ¿Qué traerán entre manos?
- Y las lanzas, supongo.
- ¡No Mendieta!, no sea tan zonzo, io digo a qué vendran, a nada bueno, siguro
- Ahí se acercan, vienen hacia nosotros
- No se asuste compañero, que acá hay un gaucho pa defenderlo.
- Ese es mi miedo, que Ud. me defienda.
- Mendieta, no sea disconfiao.
- Ta güeno, mirá ahí yegan.
Y el malón paró frente a “eyos”.
- ¿Y ustedes que andan haciendo en nuestras tierras, di siguro, andan por robar chochas.
- Má, que ahochan ni que ahochan, andamo más perdidos que perro en canoa.
- Jua jua, un gaucho perdido, ¿acaso no se sabe guiar en el día por el sol y en la noche por las estrellas?
- Tan locos ustedes, en el día el sol no te deja ver donde tai y la verdad no me gusta viajar de noche.
- Ta güeno, entonces seguimos maloneando y usted se las arregla.
- ¡Que lo parió! – dijo Mendieta.
- Y ustedes pa ander van yendo.
- A buscar hierba al primer pueblo, porque las indias nuestras nos matan, si volvemos sin eya.
- Y güeno, que tengan suerte.
- ¡Que lo parió! ¿Y ahora?
- Y ahora seguimos atrás de eyos y ansina encontraremos el rancho.
- ¡Que lo parió, que murtalida inteligente!
- Lo que pasa es que me pica la hambruna y eso me da juerza, ¡Vamos Mendieta!
Carlos Salguero, 27 de mayo de 2010


Inodoro Pereyra
Inodoro Pereyra era un personaje lleno de amor y dulzura, transparente en su andar. Era el gaucho de la época que brillaba por su ausencia. Era mi papá, mi amigo, mi confidente. Con su ropa remendada, su rancho de barro, su galería de paja y su mate tradicional, su brocero de su época. Era era mi papá. Yo les cuento, Mendieta, su perro. Y no vuelvan a hablar mal de él porque les muerdo los que te jedi y llorar al campito.
Me despido hasta la próxima, los dejo porque hoy están llegando los indios y me están choreando la gallina. Yo Mendieta. Hasta la próxima.
Victor Cornejo, 27 de mayo de 2010

El desbocao
Usted debería tener un dago argentino, un Terranova, güeno… le dije a Terranova pero estaba haciendo mate. Incluso su físico no concuerda con el ser nacional, era muy bajito.
- No soy bajo, soy rengo de las dos piernas.
- ¿Y puede contar Inodoro Pereyra qué le sucedió?
- Sí, tuve un accidente en una doma donde había muchos participantes y ahora estoy así culpa de ese potro chúcaro. Se me cortó la runda y clavé la guampa.
Alejandro Molina, 27 de mayo de 2010

Guampas a terra
No me canso de pensar pa que me hizo eso. . esta merda es un zaino de poco apero y me puzo las guampas contra el suelo.
Daniel Muñoz, 27 de mayo de 2010

Eulogia
El padre de Eulogia y el Malambero son contrincantes porque el padre no lo quiere como yerno. Por eso el Malambero se hace el pícaro con la Eulogia e invita al padre a pelear antro zapateando malambo y no termina hasta que el Malambero se la lleva a Eulogia a vivir con él. Y así termina la batalla que empezaron hace mucho tiempo y ahora son felices los dos, Eulogia y el Malambero. Así finaliza la riña entre el suegro y el yerno.
Ignacio Guerra, 27 de mayo de 2010

sábado, 5 de junio de 2010

Último cuento- Juan Carlos García Reig


—En sus cuentos breves el tema de la muerte suele aparecer con cierta frecuencia, ¿a qué se debe?
—No es un tema privativo de mis cuentos, habrá notado que en la vida cotidiana también suele aparecer con cierta frecuencia
—¿No teme jugar con la muerte?
—Soy un escritor temerario.
—¿Qué está escribiendo ahora?
—Un cuento trivial: el escritor que dialoga con la Muerte y la muy pícara lo sorprende en la mitad de una palabra.
—¿Cuál palabra?
—No lo sé, pero seguramente le va a faltar la última sílaba y el cuento quedará inconclu

Cuento de horror- Marco Denevi



La señora Smithson, de Londres (estas historias siempre ocurren entre ingleses) resolvió matar a su marido, no por nada sino porque estaba harta de él después de cincuenta años de matrimonio. Se lo dijo:
- Thaddeus, voy a matarte.
- Bromeas, Euphemia -se rió el infeliz.
- ¿Cuándo he bromeado yo?
- Nunca, es verdad.
- ¿Por qué habría de bromear ahora y justamente en un asunto tan serio?
- ¿Y cómo me matarás? - siguió riendo Thaddeus Smithson.
-Todavía no lo sé. Quizá poniéndote todos los días una pequeña dosis de arsénico en la comida. Quizás aflojando una pieza en el motor del automóvil. O te haré rodar por la escalera, aprovecharé cuando estés dormido para aplastarte el cráneo con un candelabro de plata, conectaré a la bañera un cable de electricidad. Ya veremos.
El señor Smithson comprendió que su mujer no bromeaba. Perdió el sueño y el apetito. Enfermó del corazón, del sistema nervioso y de la cabeza. Seis meses después falleció. Euphemia Smithson, que era una mujer piadosa, le agradeció a Dios haberla librado de ser una asesina.

martes, 1 de junio de 2010

Romance




Consigna: Seleccionar uno o más fragmentos de poesías (Bécquer – Machado – Neruda- San Juan de la Cruz) y a partir de ellos desarrollar un texto inspirado en ellos.

La brisa
Me encuentro sentado en el jardín. Estoy muy deprimido, nostálgico. Estoy tan sumido en la soledad. Empiezo a percibir “sensaciones” extrañas, como al chocar la brisa sobre mi piel. Levanto la mirada y veo un árbol con sus hojas, jugueteando a través de la brisa; y es entonces que a través de las hojas y la brisa, me da la sensación que...¡Estoy viendo la brisa! También veo que las hojas están contentas, como si estuviesen bailando. En ese momento pasan unas aves, y al mirarlas, siento una sensación de PAZ y a la vez de LIBERTAD.

“Como un colibrí entre los dientes”
Hoy me siento como un colibrí entre los dientes.
Estaba sentado dentro de la Hospedería de Manos Abiertas del Padre Alberto Hurtado. De repente, siento el teléfono y no imaginé que era para mí la llamada. “Víctor”- me dice Gastón, el encargado, y voy, y sí era para mí. Era una buena noticia. Me llamaban del Hospital, era la Ortopedista, para mi operación de tobillo. Sentí una mezcla de dolor y alegría, pero pensando en Ella que está en mi pensamiento y Dios presente que me sostiene y fortalece mi corazón. Ella es bella y llena de amor: dulce, pura y clara, así era Ella, mi amor imposible, como el agua y el aceite que no se mezclan nunca, así era Ella.
Víctor

Sobre un amor

De niño, me había enamorado de vos, cuando me dabas clases de matemáticas. Y miraba tus pupilas azules y cuando reías alegrabas mis pensamientos y mi corazón.
El tiempo pasó y te dejé de ver. Hasta después te encontré en otros brazos. Y te dije: “Hola, ¿Cómo andas?” y me respondiste con transparentes lágrimas: “bien”.
Alejandro Molina

Tu cuerpo

Tu cuerpo fugitivo para siempre de mi mente desesperada se ha escapado. Ya no se si tendré revancha ante tu olvido.
Quizás el tiempo, ese maldito tirano implacable, me devuelva tu imagen y tu perfume; o tu olvido eterno.El tiempo ya camina indiferente sobre mi piel y ya no distingo tu figura, quizás nunca veré tu silueta nuevamente.Esperaré que el tiempo que todo lo cura o todo lo olvida sea el que decida la verdad.La soledad me invade, la nostalgia me golpea y tu recuerdo hace más difícil mi existir.
Eduardo

Para Rosa

La palabra me inspira a soñar ... Pensar que te soñé toda la noche...
Y te quiero hasta que me muera, y te extraño, y  te amo siempre. Pienso en ti, porque no te puedo olvidar, siempre voy a estar a tu lado, no quiero que me tengas rencor. Siempre te amé y no te olvidé, y no me tengas compasión.
Ernesto.

Oscureciéndome sin ti

Y tus labios iluminan mi llegada desde las oscuridades más profundas, devoradoras de brillos intensos, abriendo paso de esta guerra que es la vida y muerte de ser o no en profundo desgarro del alma. Y me desnudo y te desnudas brillante y dorada; y entrego mi tratado de paz en busca de esa armonía suave, dulce y fulminante, uniendo nuestros seres, fundiéndose en un solo sol abrasador que derrota todas en oscuros lugares con sus destellos.
Ángel